Brócoli y coliflor, son vegetales bastante similares porque provienen del mediterráneo, aunque sus historias son diferentes. El brócoli es descendiente de un repollo salvaje que mediante procesos de mejoramiento genéticos realizados en Estados Unidos se transformó en lo que hoy conocemos.

El coliflor por su parte también tiene sus curiosidades, pues en principio no era consumido como alimento, sino como medicina para tratar enfermedades como el dolor de cabeza y la diarrea.

Para iniciar su siembra, se debe pasar por un proceso similar al de todas las plantas, comenzar por un semillero en una bandeja especial para esto, donde se colocarán las semillas para que germinen en un sustrato especialmente abonado con nutrientes que favorezcan el crecimiento de raíces fuertes

Este es un procedimiento de bajo costo, pues se puede realizar con sustrato conseguido de forma silvestre en la naturaleza que rodea al cultivo, sumándole arena y aserrín, para así evitar comprar en las casas especializadas un sustrato tratado químicamente.

Una vez establecidas las plántulas en las bandejas, se deben hacer dos riegos al día, uno a tempranas horas de la mañana y otro con menor cantidad de agua en horas de la tarde, para que la planta no pase la noche con las raíces muy húmedas, pues esta condición favorece la aparición de hongos que afectarán su desarrollo y crecimiento.

Una vez que la semilla germinada ha alcanzado un buen tamaño en la bandeja, al cabo de unos 25 días, se procede a su traslado al terreno, donde terminará de crecer por espacio de 60 días, luego de los cuales se podrá recoger la cosecha de brócoli y coliflor.

Antes del trasplante al terreno definitivo, se realiza un riego de fungicidas para que las plantas vayan con cierta defensa ante las plagas que se pueden conseguir en el campo abierto, sitio que es preparado hasta 40 días del traslado de las plántulas, para establecer las llamadas camas de tierra donde crecerá el brócoli o el coliflor.

En el campo definitivo donde se sembrará, se debe dejar un espacio de al menos 40 centímetros entre cada planta, para que de esta forma puedan crecer con cierta altura. Al momento de hacer el trasplante, se recomienda hacer un pequeño hoyo en el punto donde se va a instalar la planta, y regar con una solución de fertilizante, para que de esta forma no queden cámaras de aire o espacios libres entre la planta y la tierra definitiva donde se asentarán las raíces.

Un dato curioso de las semillas de brócoli y coliflor es que se venden en las casas comerciales, es que hay semillas certificadas para ciertas necesidades del mercado, por ejemplo, en el brócoli, en su variedad llamada Tiburón, la cabeza del pequeño árbol es muy pesada, porque este se vende por libras o kilos en los mercados. Asimismo, el coliflor, en su variedad Kandisha, se obtiene una cabeza totalmente blanca, que se ajusta a lo que los consumidores buscan en este vegetal.

Los alrededores del cultivo del brócoli y coliflor, deben mantenerse libres de maleza, pues esta fomenta la aparición de enfermedades, especialmente hongos que pudren el tallo de este vegetal. Es por ello que se prepara el terreno con tantos días de antelación para el trasplante, porque de esta manera, se germina en el terreno cierta maleza que favorece el control de las plagas naturalmente y se evita la crecida indiscriminada de otro tipo de hierbas.

El clima ideal para cultivar brócoli y coliflor está en las alturas, ya que por encima de los 1500 metros sobre el nivel del mar, es el lugar ideal para que se desarrollen, con un promedio de 18° centígrados de temperatura del ambiente. También es recomendable que el suelo donde se instale la plantación sea suelto y con alto contenido de materia orgánica.

En las plantaciones donde se cuenta con riego por goteo, se realiza un riego de aproximadamente media hora diaria, para reponer el líquido que pierde la planta por la transpiración.

Finalmente al momento de la cosecha y la recolección, se extrae el tallo desde la raíz, se corta y luego se limpian las hojas que crecen alrededor como protección del tronco y la cabeza, también se colocan en las cestas para su distribución de forma tal que las cabezas no se rocen entre sí y se hagan daño.