La zanahoria es uno de los vegetales más sabrosos que existen, por su sabor refrescante y amigable al paladar, por lo que se convierte muchas veces en la reina de las ensaladas, de guisos y hasta de sopas. Es tan versátil a la hora de cocinar, como en las propiedades nutricionales que aporta a quienes la consumen, pues es una importante fuente de vitamina A y carotenos, para preservar la salud de la visión y de la piel.

Si te estás iniciando el mundo de la agricultura urbana y del desarrollo sostenible del planeta, donde todos trabajan para conseguir la producción de los alimentos y no solo van a un mercado a comprar lo que otros han obtenido de la tierra, entonces sigue leyendo para que te enteres qué debes hacer para sembrar zanahoria en un huerto urbano.

Lo primero que debes conseguir es tu cantero, que usarás para disponer las semillas y ver crecer tus propias zanahorias. Una vez que lo tengas dispuesto en un lugar donde tenga acceso al sol, tendrás que ocuparte de conseguir la tierra que vas a emplear en tu cultivo,

Lo recomendable es que sea una tierra suelta, mezclada con perlita, fibra de coco y hummus de lombriz, suficiente para que puedas llenar el cantero a una altura de 25 o 30 centímetros aproximadamente, que es el promedio de espacio que necesita la zanahoria para crecer y desarrollarse adecuadamente.

Existen variedades que son resistentes a todos los climas y se producen durante todo el año, sin embargo hay otras que se ven muy afectadas con temperaturas inferiores a los 20 grados centígrados, tanto que incluso no llegan a desarrollarse.

Ahora para colocar las semillas en tu cantero es necesario que establezcas un pequeño orden de siembra, para eso puedes abrir surcos o canales en la superficie de la tierra con ayuda de tu mano, con cierta distancia de la siguiente línea para que tengan espacio suficiente. Seguidamente procedes a regar las semillas de zanahoria en estas zanjas improvisadas con generosidad y sin ningún orden específico, ya que hay una media de dos semillas de cada cuatro que no llegan a germinar, entonces para evitar este factor, es mejor esparcir más semillas.

Luego debes hacer un riego suave hasta humedecer toda la tierra. Para eso puedes ayudarte con una botella plástica que hayas reciclado, a la que le abrirás varios agujeros en la tapa que servirán para hacer el efecto de regadera. La zanahoria en líneas generales necesita estar bastante agua para germinar, siempre quiere estar bien hidratada, sin embargo, es importante no excederse para que no se formen depósitos de agua en las raíces que generen hongos, por lo que se debe considerar también un buen drenaje.

Posterior al riego, procede colocar una muy fina capa de tierra (muy suelta) sobre las semillas, tan delgada como sea posible la capa, pues si queda muy gruesa, tardarán más en salir las primeras hojas germinadas, o incluso muchas no saldrán a la superficie.

Luego de unas cuatro o cinco semanas, notarás como las hojas comienzan a crecer a una altura de 5 a 10 centímetros, mientras en el interior de la tierra sigue creciendo la zanahoria. 

La zanahoria por lo general es de fácil cultivo y cuidado, pues no tiene grandes plagas y enfermedades que la ataquen, además de ser un rubro bastante fuerte. De lo que sí hay que cuidarla, es de cualquier elemento que pueda obstaculizar su crecimiento, tales como piedritas, palos, inclusive restos de otras raíces de zanahoria que hayan quedado en el lugar, pues su raíz crece muy delgada hasta alcanzar el largo del que definitivamente va a ser y allí es que comienza a engrosarse y a endurecerse, si en ese proceso de alargamiento de la raíz se topa con algún obstáculo, no crecerá más, se torcerá y no se desarrollará completa.

Para huertos urbanos recomiendan dejar las semillas de zanahoria en remojo durante 24 horas antes de realizar la siembra directa en la tierra. Es importante saber que la zanahoria no se trasplanta a ningún lugar como puede hacerse con rubros como el tomate cuando se cultivan a campo abierto.

Cuando tengan el color naranja característico y un grosor entre dos o tres centímetros estarán listas para cosechar, lo que puede tardar entre dos y tres meses.