Con las acelgas se pueden realiza infinidad de platos de la dieta mediterránea. Posee grandes propiedades nutricionales, sobre todo un alto contenido de vitamina A para mantener una visión y una piel sana. Además contiene otros minerales como fósforo, magnesio, hierro, potasio y yodo, por lo que se recomienda consumir a personas con anemia o deficiencias nutricionales.
Entre otros beneficios que aporta la acelga se cuentan el mejoramiento de la digestión, el funcionamiento del hígado y la vesícula biliar por su contenido de fibra. También tiene propiedades diuréticas para ayudarte a eliminar la retención de líquidos, factor por el que siempre se recomienda incluir en dietas para la pérdida de peso, pues debido a que no tiene hidratos de carbono ni grasas en su composición, ayuda a dar saciedad sin aportar calorías de más.
Ahora podrás disfrutar de las bondades de este vegetal cultivándolo fácilmente en tu casa, de forma orgánica y natural, librándote de los fertilizantes químicos y pesticidas, solo empleando una maceta y sustrato que puedes preparar en casa.
Para comenzar necesitas un lugar para emplear como semillero, donde germinarán las plántulas de la acelga, antes de ser trasplantadas a la maceta donde crecerán definitivamente. Para eso no necesitas mucha sofisticación, una cubeta para hacer hielos grandes sirve perfectamente, solo tendrás que hacer unos huecos en el fondo para el drenaje. Luego la llenarás con tu sustrato, que puede estar conformado por tierra muy suelta, un poco de abono y perlita para que mantenga el aire y las raíces puedan crecer.
Luego con un pequeño palito vas a abrir un hoyo de medio centímetro de profundidad donde vas a colocar una sola semilla de acelga, que por lo general son más grandes que las de otros rubros. Luego tapa con cuidado con un poco de tierra y riega. Al pasar dos semanas, con un riego periódico, tendrás ya las plántulas de acelga listas para el trasplante. Notarás que cada una tiene entre cuatro y cinco hojas y al salir del semillero tienen pocas raíces, ese es el momento exacto para cambiarla de lugar.
La acelga es un cultivo amigable con otras plantas, así que no temas colocar en la misma maceta tus plántulas de acelga con otras de cebollín o cilantro, pues todas se van a desarrollar correctamente, en una maceta de 20 litros pueden crecer cómodamente entre tres y cuatro plantas de acelga.
Para el momento de su germinación, la acelga necesita de mucha luz solar, sin embargo, para el momento del crecimiento en la maceta con media sombra se desarrolla bien. Asimismo, resiste climas más templados, por lo que no perderás tu cosecha si la siembras durante un cambio de estación.
El proceso de trasplante a la maceta, debe hacerse con cuidado de no dañar las raíces de la plántula, pues sino se le restan posibilidades de crecimiento. Una vez en la maceta, se deben enterrar en la medida de lo posible, a la misma profundidad que estaban en el semillero, para eso te puedes ayudar cavando un pequeño hoyo en la tierra con las manos, no necesitarás más herramientas para ello.
Trata de distribuirlas con un espacio equitativo para todas y procede a hacer el riego para que las raíces se familiaricen con la nueva tierra. Es importante que el riego lo hagas con agua de lluvia, o en su defecto con agua reposada, así el cloro no afectará su desarrollo.
Luego solo queda esperar que la acelga crezca hasta su tamaño final, manteniendo un riego periódico y la exposición solar moderada, sobre todo en verano, donde se ve más afectada por las altas temperaturas. Una vez que hayan crecido puedes cortarla por hojas según vayas necesitando y dejar las demás en la maceta por más tiempo.
Ya ves que es muy fácil cultivar tus propios alimentos en casa y no necesitas un espacio demasiado extenso para hacerlo, si tienes curiosidad por iniciarte en el mundo de la agricultura urbana, la acelga es un buen rubro para comenzar a experimentar la satisfacción de recibir de la tierra estos regalos.